Sexo y adolescentes… Binomio que nos hace pensar en la saga de American Pie, pero que hoy encuentra un nuevo -e inteligente- significado de la mano de Netflix y Sex Education. Esta serie cuenta la historia de Otis (Asa Butterfield), un adolescente cuya madre (Gillian Anderson) es una reputada terapeuta sexual, algo que él prefiere mantener en secreto. Jean (la madre) es además, alguien que analiza constantemente la conducta de su hijo; por compararlo con algún personaje sería casi el equivalente de la madre de Leonard de ‘Big Bang’, pero bastante más «humana».
El caso es que las circunstancias harán que en los primeros días de instituto todo el mundo lo sepa. Por ello Maeve (Emma Mackey), le busca cuando se encuentra a Adam (Connor Swindells), con un problema tras tomarse tres viagras; otis logra, gracias a los conocimientos adquiridos de escuchar a su madre, resolver el problema. Y después de ello a Maeve se le ocurre que en el instituto hay decenas de parejas e individuos con problemas de índole sexual, por lo que se les puede cobrar por ir a consulta y hablar de sus problemas. Así, durante los primeros episodios vemos casos concretos, hilo de la trama.
¿Una comedia sobre adolescentes y sus problemas sexuales? ¿un drama sobre aceptación personal? ¿una serie teen? Sex Education es de todo un poco, una dramedia adolescente desarrollada -con todo lo que implica- en el universo de un instituto. Hay romances, hay acoso, ciberacoso y sí, adolescentes con ganas de tener sexo y muchas dudas y situaciones. Además de un gran acierto con Eric (Ncuti Gatwa), el mejor amigo de Otis, quien es homosexual y a lo largo de la serie nos lleva por la búsqueda de identidad y de auto aceptación.
Una serie de ocho episodios que capturan desde el primero, con múltiples hilos y sub temas: homosexualidad, parafilias, aborto, religión… La cual y por su narrativa se vuelve entretenida de ver, siendo la nueva y perfecta serie para maratón.